martes, 4 de septiembre de 2012

Convocatoria VI ERES 2012


CONVOCATORIA VI ERES (Barranquilla, Colombia)

4 septiembre de 2012
Dirigida a: Universidad Popular del Cesar: Sociología y Derecho; Universidad del Norte: Ciencias Políticas y Derecho; Universidad del Magdalena: Antropología; Universidad Tecnológica del Bolívar: Historia y Ciencias Políticas; Universidad de Cartagena: Filosofía y Letras, Historia y Antropología; Universidad de Córdoba: Lic. En educación con énfasis en Ciencias Sociales; Universidad Simón Bolívar: Instituto de Investigaciones y Derecho; Universidad Autónoma del Caribe: Derecho; Universidad de la Guajira y a la comunidad en general, Movimientos sociales, colegios de secundaria, organizaciones estudiantiles, comunidades indígenas, organizaciones campesinas.

Sobre las ponencias

Las ponencias se deben entregar con las siguientes características: 
-Tener relación con alguno de los ejes, mesas o subtemas propuestos. 
-Presentar resumen (máximo 300 palabras) 
-Desarrollo de la ponencia: entre 8 y 13 páginas en formato Arial o Times New Roman 12 espacio interlineado de 1,5. 
-Formato de inscripción diligenciado: Título de la ponencia Autor (es) Universidad Correo Electrónico, Teléfono/Celular Eje temático Mesa de trabajo Subtema Enviar al correo electrónico del ERES 2012: vieres2012.uniatlantico@gmail.com
-Fecha límite de recepción de ponencias: 30 de Septiembre 
-Publicación Lista ponencias seleccionadas: 6 de Octubre
-Fecha del Encuentro: 10, 11 y 12 de Octubre




Requerimientos FORMATO INSCRIPCIÓN  DE PONENCIA IV ERES, 2012

Ciudad


Universidad


Nivel de formación
(Indique semestre)

Programa Académico


Título de la ponencia

 
Ponente(s)
(máximo dos)


Identificación

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Teléfonos de contacto

Resumen


Mesa de Trabajo


Texto completo (mínimo 8 máximo 12 paginas)


Bibliografía





TEMAS:
En el Marco del VI encuentro regional de estudiantes de Sociología 2012 los conflictos y resistencias,  la Voz Caribe, y realizar un homenaje a la resistencia de las comunidades indígenas y reservas campesinas de nuestra región, se propone como meta en el análisis científico social de la región caribe como configuración Geoespacial, cultural, ambiental y social con caracteres específicos con respecto al resto del país,  que se pueden estructurar  en los lineamientos planteados para el IX CONES en la Ciudad de Medellín, que se traza  como Objetivo el análisis de Dos categorías Fundamentales en el estudio de la sociedad Colombiana, Conflictos y resistencias. 
Siendo así, el conflicto social tiene su origen en la disputa por recursos escasos, poder, estatus e incluso por determinados esquemas de pensamiento, con lo cual el conflicto deviene ideológico. Esta disputa puede darse bajo un marco común de valores o bajo sistemas normativos mutuamente excluyentes, lo cual aporta un matiz sociocultural muy importante que hay que tener presente en el análisis del conflicto. El conflicto es, pues, inherente a la sociedad. En el caso particular de nuestro país resulta evidente la existencia de una serie de problemas de orden social cuya solución no se vislumbra a corto plazo, y que están en estrecha relación con el surgimiento y desarrollo de los más heterogéneos procesos conflictivos. Algunos de ellos son: • La inequitativa distribución de la tierra, que no ha podido ser superada por los pretendidos intentos de reforma agraria realizados en el país, lo que ha conducido a la concentración de amplias extensiones de tierra por parte de una “clase” o sector social minoritario. Esta forma injusta de distribución de la tierra tiene profundas consecuencias tanto sociales, económicas y políticas, cuya permanencia y exacerbación dan cuenta de la escasez e ineficacia de las políticas públicas con proyección social en el país en especifico Nuestra Región.
Las condiciones de vida de numerosos grupos étnicos, que con frecuencia se ven librados a la desigual confrontación con empresas privadas nacionales y transnacionales, así como al fuego cruzado entre los actores del conflicto armado. Tanto en uno como en otro caso, la dimensión territorial de los conflictos aflora, enfrentando esquemas de valores muy diferentes: por un lado, una ligazón cultural con la tierra y, por el otro, o bien un vínculo meramente utilitario que se rige solamente por el interés económico y la apropiación individualizada, o bien una pretensión no menos utilitaria de dominio y control armado del territorio. Todo esto ha de considerarse, no obstante, tomando las debidas precauciones para no caer en una idealización romántica de lo que se percibe como el lado “débil” del conflicto. • El conflicto armado, que ya se ha hecho crónico en nuestro país, y que arrastra tras de sí una enmarañada historia de violaciones a los derechos humanos y negociaciones fallidas. • El desempleo, la pobreza y la violencia urbana, problemas que aquejan cada vez con mayor intensidad a las grandes ciudades del país. • La escasa libertad política, que a veces se nos presenta bajo el disfraz seductor de la democracia. Este no es un problema que pueda solucionarse solamente a través de disposiciones legales e institucionales, sino que implica también una dimensión cultural y política cuyas raíces deban buscarse acaso en la lejanía de nuestra propia historia social. Dichos problemas tienen lugar en el marco de un conflicto interno que pone en juego estructuras de desigualdad social, objetivos colectivos contrapuestos y demandas que pugnan por el cambio social y la restructuración de determinados órdenes establecidos. Es en este panorama donde surgen múltiples manifestaciones de resistencia, entendidas como estrategias que desarrollan diferentes actores en situación de vulnerabilidad o de sometimiento para la consecución de sus fines. Dichas manifestaciones ponen en evidencia que las estructuras de poder que se entretejen en medio del conflicto y sus dinámicas sociales no se imponen de manera absoluta sobre los sujetos. De tal manera el poder, lejos de constituir una negación de la resistencia, es su origen mismo, su ambiente y condición necesaria. Esto no quiere decir, sin embargo, que en todo lugar donde haya poder tenga que expresarse necesariamente una resistencia, pero puede afirmarse que ella se encuentra siempre allí como posibilidad, como “subjetividad excedente” que el poder no termina de “objetivar”. Con la resistencia el sujeto rompe la aparente fatalidad que lo obligaría a sucumbir pasivamente a las estrategias y condiciones del poder y asume su capacidad para liderar cambios, construir sujetos colectivos, desnaturalizar vínculos opresivos, transformar experiencias de dominación y desigualdad social y recuperar o construir formas de organización propias. En el contexto colombiano encontramos, por ejemplo, diversos procesos sociales y organizativos que giran en torno al conflicto y sus consecuencias, procesos que han ido tomando forma a lo largo de las últimas décadas y cuyas cristalizaciones actuales podemos ver en diferentes movimientos sociales y acciones colectivas, que dan cuenta, entre otras cosas, de una labor activa de control político efectuado desde distintos sectores de la sociedad. Es el caso del movimiento estudiantil, que a través de los años ha levantado su voz para exigir el derecho a una educación digna para toda la población, de las continuas y fuertes luchas llevadas a cabo por el movimiento indígena en defensa de su identidad, cultura y territorio o de las luchas campesinas que han hecho de su lema un objetivo legítimo: la tierra para quien la trabaja. Tales reivindicaciones, como muchas otras que se podrían nombrar, se constituyen a partir de dos dimensiones estrechamente relacionadas: identidad y memoria. La identidad, que aquí leemos en clave de las referencias comunes que pueden existir entre dos o más individuos, ha permitido que en muchas ocasiones sujetos de las más diversas raíces sociales se congreguen y decidan activar en conjunto una serie de estrategias para defender u obtener los derechos que les permitan disfrutar de una vida digna ejerciendo su autonomía[1], en diversos aspectos de la Vida social.
  1. Conflicto armado, territorialidad y violencia.
Conflicto armado y violencia • Territorialidad y conflicto armado • Desplazamiento forzado y desposesión • Situación actual del conflicto  Formas de apropiación, distribución y organización social del territorio • Ordenamiento territorial, políticas públicas, democracia y ciudadanía • Estructura agraria en Colombia, reformas y contrarreformas • Espacialidades rural y urbana  Conflicto, cultura y territorio • Estado, territorio y nación
  1. Identidad y dinámicas socioculturales
Historia y memoria, Identidades: sexual, étnica, de género, de clase, entre otras, Conflicto e interculturalidad Identidad y territorio
  1. Política y derechos humanos.


  1. Formas de resistencias

Movimientos sociales y procesos de organización colectiva para la resistencia, Procesos de resistencia y medios de comunicación • Redes sociales y movilización • Medios comunitarios y alternativos, Resistencia no organizada • Resistencia en la cotidianidad • Resistencia a través del arte, El Estado y la resistencia social • Resistencia armada, • Estado, contrapoderes y resistencia 
  1. Cosmovisiones, ecosistemas y formas de vida.
Globalización, modelos de desarrollo y desigualdad social • Recursos naturales, ecosistema y formas de acumulación  • Movilización social y acción colectiva frente a la globalización, la pobreza y la exclusión social •cosmovisión de comunidades frente al ecosistema




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